Para él lo único que importaba ahora era encontrar algo que comer, algo de tomar y un buen refugio donde dormir, pero la ciudad cada vez le arrebataba más oportunidades e incluso los perros que tenía los tuvo que sacrificar debido a que no les podía dar comida.
Vivía muy triste Pedro, la melancolía le llenaba de lágrimas su rostro durante las noches pero aún así siempre se despertaba muy temprano ya que “tenía cosas que hacer”. Nunca perdió la esperanza de volver a poner un negocio y si se podía ¿por qué no?… volver a casarse.
Los casi sesenta años de Pedro le costaban mucho ya que se sentía cansado, pero aun así todos los días buscaba trabajo. Entonces un día de Diciembre encontró algo parecido a un trabajo…
Mientras que buscaba entre la basura de una bodega abandonada se encontró con una bicicleta muy bonita pero muy vieja, tenía una caja enorme en la parte de enfrente, perfecta para su edad y para su ansiedad de encontrar trabajo.
La sacó de la bodega sin que nadie viera, pero además a nadie le hubiera importado esa bicicleta que parecía chatarra. En la noche tuvo un sueño muy especial, soñó que alguien le daba la dirección de un lugar donde podía comprar garrafones de agua para revenderlos después en una colonia, incluso le dijo por donde estaba la colonia en la que debía de trabajar, al final esa persona que vio en el sueño le dijo que “ese era su regalo de navidad”… y con su bicicleta podría reinventar su vida ahora.
Mira otro cuento de Navidad pero ahora en Video, hecho por Disney, se llama Pequeño el burrito de Navidad:


